Aquí y ahora

Esta semana que empieza, directamente soy incapaz de visualizarla. Estoy a la espera de los resultados del tac y la verdad, me resulta difícil planificar nada. Pero lo hago. Veo las muestras de tejido lino-algodón que tengo encima de la mesa y os juro que la pila se carga.

Los últimos días estoy teniendo muchísima presión mental pero ha habido un paréntesis que no solo me ha servido para desconectar, si no que me ha ayudado a darme cuenta de una cosa de la que me siento muy orgullosa. Esta es la reflexión que quería compartir con vosotros.

Mi queridísima amiga Chefi me preparó una escapada de 24 horas a un lugar mágico en la costa, cerca de Sitges, la playa del Garraf, a 20 minutos de Barcelona. Ya habréis visto imágenes preciosas que os compartí en Stories. Una gozada despertar en Little Beach House Barcelona y ver amanecer de semejante manera. Nunca lo había probado; verlo así tan dentro del mar es una experiencia bestial. Abres un ojo y ves esos colores en el cielo que parece que te habla y te dice «No dejes de mirarme, que enseguida me voy!», y te quedas hipnotizado.
La escapada no pudo ser más acertada y bonita, pero por encima de estar en lugar precioso, lo que vale es el tiempo de estar en compañía de alguien querido.


En mi otra vida de persona sin enfermedad, tanta belleza, tanto mar, tanto lugar diferente al mío, en lugar de maravillarme me hubiese deprimido y recordado todo aquello que estaba fuera de mi alcance.
Sin tener ningún problema serio, más allá de los que tiene todo el mundo, creía firmemente que mi vida era un cinco raspado, y que mejoraría considerablemente yéndome otro lugar. Por varias razones, pasé muchos años adorando Barcelona, sintiendo que era el sitio donde sería feliz, y estuve a punto de mudarme con una oferta de trabajo encima de la mesa.
Esta sensación llegó a producirme mucha insatisfacción vital. Visitaba sitios bonitos y en lugar de disfrutarlos, me deprimía y no veía todo lo que tenía delante de mis narices. Sé que esto le pasa a mucha gente y por eso me gusta hablar de ello y ver si de alguna forma mi experiencia puede ayudar.

Esto ya no me pasa. Vale que tengo unas circunstancias muy jodidas, pero, no os podéis imaginar la liberación que siento sin ese lastre absurdo obstaculizando y restando en mi camino.
Ahora, cuando voy a sitios bonitos, siento que los disfruto, que me empapo de lo que veo, que la pila se recarga y mis sentidos se nutren. Pero todo el tiempo tengo presente quién soy, con quién estoy, si los míos están bien, si me encuentro bien sin dolores, si puedo valerme por mí misma como un ser humano más… Y a partir de ahí todo lo demás es un puro regalo que solo puedo disfrutar.

De verdad os digo: es maravilloso vivir el aquí y el ahora plenamente, cogiendo tú las riendas de tu vida y queriéndola. Sea como sea.
Finalmente, y para poner el punto de color, quería enseñaros las cosas preciosas que vi en la nueva tienda de Anthropologie (una de mis favoritas en artículos de decoración) en Barcelona y los cojines ideales que rodearon mi estancia en Little Beach House BCN.
¡Que tengáis muy buena semana!
